ORTOREXIA: EL NUEVO TRASTORNO DEL SIGLO XXI

Pensamientos como  “Logré bajar de peso pero ahora siento miedo de comer” o “Yo engordo hasta tomando agua” pueden esconder conflictos emocionales tras una alimentación que se presume como “saludable”.

¿Por qué algunas personas viven la comida negativamente?

En primer lugar hay una gran creencia de que hay alimentos que engordan o perjudican. Eso genera una determinada emoción, sobre todo cuando se come aquello que se cree que nos puede engordar. La actitud con la que nos relacionamos con la comida, puede desarrollar un conflicto.

Si te sientes mal cada vez que comes, tu inconsciente va a percibir aquello que estas haciendo (comer) como un peligro y por tanto, va a poner en marcha tu biología de “acumular energía en forma de grasa” para asegurar tu supervivencia.

Posibles conflictos psicológicos detrás de este estilo de vida

Al examinar este comportamiento, se pueden observar conflictos que involucran la relación emocional con la comida, así como conflictos relacionados con el concepto de sí mismo.

En el primer caso, en cuanto a la relación emocional con la comida, estos individuos son propensos a desarrollar Ortorexia Nerviosa que aunque es un término aún no formalizado dentro del abanico de Trastornos de la Conducta Alimentaria, ya hay evidencia científica elocuente que apunta a que existe como tal, denominandose como un trastorno alimenticio basado en la obsesión patológica por comer comida considerada saludable; haciendo que comer sano se vuelve una obsesión y rechazando bajo este argumento el consumo de ciertos alimentos.

Este rechazo a cierto tipo de alimentos que se presumen dañinos o que engordan hace que no se discrimine racionalmente los alimentos, llegando a considerar alimentos saludables como “malos” excluyendoles de la dieta y ocasionando problemas de salud como la desnutrición. Por ejemplo: No comer aguacate porque es grasa; arroz o pan porque son carbohidratos, entre otros.

Así mismo, y en relación a esto, esta conducta también revela un rechazo hacia si mismo, hacia el cuerpo y su biología, lo que hace que reaccione contrariamente al objetivo buscado de perder grasa. A este rechazo se le conoce como Conflicto de Silueta y hace que el cuerpo libere una hormona llamada glucagón, ocasionando estados hipoglucémicos y a su vez sintiendo la necesidad de comer compulsivamente.

Si sientes que esto te puede estar pasando a ti, debes tratar de romper este círculo vicioso, y la única forma de hacerlo es comenzar a aceptarte a ti mismos, entender que tu biología te ha dado el cuerpo que necesitas para poder enfrentar los conflictos, dejar a un lado la creencia de que los alimentos engordan, y que lo que te hace subir de peso es:

1) Comer en exceso, dándole a tu cuerpo más de lo que es capaz de metabolizar.

2) Llevar un estilo de vida sedentario, lo que genera que tu metabolismo se ralentice, tus fibras musculares no crezcan y tu sistema en general no funcione adecuadamente.

3)No dormir adecuadamente, es decir, no cumplir con la cantidad de horas necesarias de entre 7 y 9 horas, y a su vez, no tener un sueño de calidad qe sea realmente reparador y estabilizador de tus funciones corporales.

4) No tener estabilidad emocional, generando estrés y liberación excesiva de la hormona cortisol, que lleva a la acumulación de grasa como fuente de energía para  garantizar tu supervivencia frente a lo que te genera dicho estrés.

¿Qué puedes hacer para mejorar tu relación con la comida?

  • Empieza a tener una relación más respetuosa contigo mismo
  • Sé menos autoexigente y fluye con la vida
  • Permítete disfrutar y sentir placer sin culpa
  • Y por supuesto, seguir a Mi Mente Fit, para no perderte ninguno de mis consejos para una vida plena y aprender a adelgazar disfrutando de la comida en concordancia contigo mismo(a).

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